Uno de los aspectos más interesantes y divertidos de escribir una novela es documentarse para ella y encontrar sucesos, anécdotas inesperadas, curiosidades…, cosas que hacen exclamar a uno: “esto tengo que ponerlo como sea”. Estos son algunos de estos “descubrimientos”. 

LAS DISECCIONES PÚBLICAS

La primera disección pública registrada se realizó en Bolonia en 1315. Gradualmente se fueron permitiendo en Montpellier (1377), Padua (1429), París (1478) hasta que, finalmente, el papa Sixto IV consintió su práctica si se conseguía el permiso de la Iglesia. La autorización papal impulsó la construcción de teatros anatómicos. Sin embargo, la disponibilidad de cadáveres siempre fue difícil. Al principio, se utilizaba malhechores ejecutados, siendo la disección parte de la pena. Las disecciones se efectuaban en invierno, no había refrigeración ni fijadores para las piezas de gran volumen, las pequeñas se conservaban en aguardiente. La disección debía completarse rápidamente ante la veloz putrefacción y los malos olores. La dificultad en conseguir cuerpos y la necesidad de enseñar se combinaron, se recurrió al soborno y a la “resurrección” o robo de cadáveres. Cuando más fresco el cadáver más valioso era. A finales de siglo XIX, la práctica de la disección se consolidó. Concurrían médicos, estudiantes y legos, en algunos casos era un espectáculo abierto al público. La facultad de Ciencias Médicas de Barcelona disponía, por entonces, de 25 a 30 cadáveres al año para los estudiantes.

OH, ESPÍRITU, YO TE INVOCO

Coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal, se celebró en Barcelona el 8 de septiembre de 1888 el I Congreso Internacional de Espiritismo. Promovido por el Centro Barcelonés de Estudios Psicológicos, y de acuerdo con la Federación Espiritista del Vallés. En ese momento, España era la nación europea donde más periódicos espiritistas se publicaban, y más libros se habían editado en los últimos veinte años e incluso se presentó a las Cortes un proyecto de ley pidiendo la enseñanza oficial del Espiritismo. Al evento asistieron representantes de centros espiritistas y periódicos de varias provincias españolas; de Cuba y Puerto Rico, entonces colonias de ultramar; de Chile, Perú, México, Argentina, Venezuela, EEUU, Francia, Bélgica, Italia, Rusia y Rumanía.

Y SE HIZO LA LUZ

En 1888 todavía la iluminación a través de la electricidad era un lujo y para la mayoría algo inimaginable. Con motivo de la Exposición se dotó de iluminación eléctrica las primeras calles de Barcelona: las Ramblas, el Paseo de Colón, la Plaza de San Jaime, además del recinto de la exposición, pero el resto de la ciudad continuó por algún tiempo con el sistema de gas. Podemos imaginar con qué ojos maravillados vería un obrero del Raval esa luz blanquecina y potente que rompía las sombras de las calles como si fuera de día.

EL ANDAMIO MÁS GRANDE DEL MUNDO

La construcción del monumento a Colón supuso todo un reto. Joan Torrás fue el responsable del increíble andamio que se utilizó para erigirlo. Sus cuatro pies de hierro de más de sesenta metros de altura (más alto que cualquier edificio de la ciudad) provocaron tanta admiración como incredulidad. Todo el mundo en Barcelona estaba convencido de que iba a caerse de un día para otro, incluso el alcalde, Rius i Taulet expuso sus temores al respecto. Sin embargo, las funestas predicciones no se cumplieron y demostraron la pericia de este arquitecto. La inauguración del monumento se convirtió en un homenaje también al magnífico andamio. Torras, por contrato, era dueño del material, por lo que reutilizó el hierro para otra de sus obras: un puente situado en Morilla de Liena (Huesca) que todavía permanece en uso.

CAFÉS CANTANTES

También llamados cafés concierto, eran una de las diversiones favoritas en la ciudad. Además de despacharse bebidas, se ofrecían espectáculos de cante, toque y baile flamenco, bailarinas, y artistas de variedades. El juego ilegal era uno de sus principales atractivos. Los dados y la ruleta eran muy populares, Se organizaban timbas donde se jugaba y apostaba al treinta y cuarenta, bacará, monte julepe o siete y medio. Y también se celebraban sorteos de lotería cada cuarto de hora. Eran muy frecuentes las peleas multitudinarias que se producían en sus salones, apareciendo notas en la prensa a diario. Fueron muy famosos el Barcelonés; el Variedades y el del Puerto, donde nuestros personajes tiene una peculiar reunión.

LA CIFRA DESCIFRADA

La Cifra General de 1556 es un código que se creó el 8 de Noviembre de 1556 para las comunicaciones secretas del rey Felipe II con los principales miembros de su gobierno en el extranjero. Se compone de tres partes: un vocabulario de sustitución monoalfabética con homófonos (donde cada letra podía ser sustituido por un signo, a escoger entre varios); un silabario (para cifrar grupos de dos o tres letras); y un diccionario de términos comunes. Sin embargo, a pesar de que fue considerado uno de los mejores sistemas de su tiempo, solamente se mantuvo secreto durante unos tres meses. Felipe II la siguió utilizando durante años sin saber que sus enemigos conocían el contenido de sus mensajes. Cuando descubrió el engaño, el soberano adujo que sólo podía haberse conseguido descifrarla por medio de la magia negra y la hechicería y, por este motivo, no dudó en quejarse de ello ante el Papa.

¡OLE TORO!

En la primera década del año 1900 se vivió un gran auge de la tauromaquia en la ciudad. Ni más ni menos, que tres plazas de toros funcionaron en Barcelona al mismo tiempo durante esos años: El Torín o plaza de la Barceloneta, primer coso taurino de Cataluña construido en 1834; la plaza de las Arenas erigida en 1900 ante la necesidad de mayor capacidad por el incremento de la población de la ciudad y la afición al toro; y la Plaza Monumental inaugurada en 1914 con el nombre de El Sport. Los tres lugares fueron también origen de sucesos de gran relevancia para la ciudad como el inicio de la revuelta popular en el Torín en 1835, la masiva concentración contra la Ley de Jurisdicciones en 1906 o el histórico mitin del Noi del sucre en las Arenas en 1919.

LA TORRE EIFFEL EN BARCELONA

Una leyenda asegura que el ingeniero francés Gustave Eiffel ofreció construir la torre que había diseñado (Torre Eiffel) para la Exposición de Barcelona; pero no fue Eiffel, sino el ingeniero J. Lapierre quien presentó el proyecto de una torre de madera de 210 metros. También presentó un proyecto de torre el arquitecto barcelonés Pere Falqués. A pesar del interés inicial, ninguno de los dos siguió adelante por razones presupuestarias. Solo un año más tarde, en París, Eiffel erigió su famoso monumento con motivo de la Exposición Universal celebrada en esta ciudad.

A LOMOS DE CABALLO

El caballo (y en algún caso, mulas) era la única “fuerza motora” que arrastraba cabriolés, coches de punto, ómnibus, carruajes, carromatos, carretas, y todo aquel trasporte que transitaba en el abigarrado paisaje de vehículos de la frenética Barcelona de finales de siglo. Lo que supone respecto a los usos y costumbres, y los espacios necesarios para la convivencia con los animales en la ciudad. Pronto aparecerían los primeros coches a motor y cambiarían este paisaje, aunque durante un tiempo convivirían ambos medios de transporte y los vehículos a motor serían un elemento llamativo pues pocos se podían permitir su compra y su ruidoso y humeante uso.

EL HADA VERDE

Así llamaban a la absenta, una de las bebidas más populares de la época. Se trata de una bebida espirituosa muy controvertida debido a sus cualidades alucinógenas derivadas del ajenjo, uno de sus ingredientes. Se elabora macerando y destilando regaliz, además de hojas y tallos de ajenjo, artemisa absinthium. Su composición puede generar absentismo, que es como se denomina la enfermedad causada por el exceso en su ingesta, capaz de originar alucinaciones y daños nerviosos graves, convulsiones, demencia e incluso, la muerte.